Tanto la leche de avellanas como la de almendras, son muy sencillas de preparar en casa siendo una manera más saludable de consumir leche. La vamos a preparar a partir de avellanas y agua, sin ningún aditivo. Debido a que no contiene ningún aditivo, se empezará a estropear a partir del tercer día de su preparación.
INGREDIENTES
100 gr de Avellanas crudas
1 litro de Agua
PROCEDIMIENTO
En primer lugar, lavamos las avellanas con agua y las ponemos en remojo durante 12/24 horas. Yo las pongo en el frigorífico porque voy a utilizar el mismo agua donde están en remojo para preparar la leche, y así se conservará mejor.
Al dia siguiente, separamos las avellanas del agua (conservando el agua en una jarra). Las ponemos en un recipiente a parte, añadimos un poco del agua del remojo y trituramos. Agregamos el resto del agua mientras trituramos hasta que esté bien batido. Os sugiero ir agregando el agua poco a poco hasta alcanzar la textura que más os guste.
En este punto, podéis consumirla directamente o colarla. Depende de como os guste.
En una jarra, colocaremos sobre un colador, una tela muselina (si no tenéis podéis utilizar un colador muy fino) y separaremos la mezcla, presionando con una cuchara para obtener el mayor líquido posible.
Ya está preparada para beber, si lo preferís podéis endulzarla o añadir un poco de cacao en polvo. Es recomendable conservarla en una botella o bote de cristal, siempre refrigerada.
Como veis es muy sencillo, y si preferís preparar leche de almendras, el procedimiento sería el mismo.
Podéis utilizar la pasta de avellanas que os ha sobrado para ponerla en un bizcocho, hacer galletas, …
¿Pensabas que sería tan sencillo?
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